Una de las causas más comunes del dolor de muñeca es la lesión del túnel carpiano, que en ocasiones puede llegar a extenderse a toda la mano y el antebrazo. A menudo va acompañado por una sensación de hormigueo (parestesias) en los dedos y pérdida de fuerza en la mano afectada. Toda una serie de molestias que pueden empeorar si la lesión no es tratada de la forma adecuada.
¿Cómo se produce el síndrome del túnel carpiano?
La estructura de la muñeca, hace que huesos (carpo), tendones y fascia (retináculo flexor) formen el denominado túnel carpiano, por el que discurre el nervio mediano, responsable del movimiento de los pulgares y de los dedos índice y medio.
El espacio del túnel se ve disminuido por diferentes causas, desde un sobreesfuerzo, un mal movimiento o una fractura de los huesos de la muñeca. Esto suele producir una inflamación en tendones, provocando un estrechamiento del túnel, atrapando así al nervio mediano y apareciendo de esta manera los síntomas propios del síndrome.
Es una patolología también muy común entre deportistas que realizan flexo extensión de muñeca, como tenistas o jugadores de golf; también personas que padecen artritis o mujeres embarazadas durante los últimos meses de la gestación.
Síntomas y tratamiento.
Los síntomas habituales que revelan el síndrome del túnel carpiano son:
- Dolor en la muñeca, que puede extenderse a la mano y al antebrazo.
- Entumecimiento, más intenso por la noche que durante el día.
- Hormigueo en los dedos pulgar, índice y medio.
- Pérdida de fuerza en la mano.
Si la patología es localizada a tiempo, no hay que preocuparse en exceso. El dolor, que puede llegar a ser persistente y muy molesto, desaparecerá con el tiempo siempre que tratemos la lesión apropiadamente acudiendo a una clínica de fisioterapia.
Reposo, mantener la muñeca inmóvil y aplicar hielo para reducir la inflamación. Masajes y estiramientos supervisados por fisioterapeutas profesionales, son las soluciones más eficaces que ayudan a acelerar la recuperación.
No obstante hay algunos casos extremos que deben ser tratados quirúrgicamente, debido a la persistencia en el tiempo de la compresión del nervio, dejándolo dañado y teniendo que optar por la cirugía y su posterior tratamiento rehabilitador.