Sabemos que son unas de las partes más seductoras del cuerpo, pero, al mismo tiempo, le otorgamos pocos cuidados. Nadar con frecuencia, utilizar sujetadores apropiados, evitar las quemaduras solares y aplicarse cremas específicas en esa delicada zona del cuerpo son hábitos saludables que no debemos perder de vista si queremos lucir un escote de vértigo y un pecho firme y turgente. Y a diario, algo tan sencillo como extender la misma crema facial por el cuello hasta el escote seguramente se te ha olvidado en más de una ocasión.
Duchas frías
La inmovilidad a la que está sometido el pecho todo el día se traduce en una pérdida de firmeza. Para estimular los tejidos de sostén, no hay nada como una ducha de agua fría. Aunque no todo el mundo puede soportarlas, las duchas frías y regulares sobre el pecho resultan altamente beneficiosas. Se aplican realizando círculos en dirección de las agujas del reloj y alrededor del pezón. El agua fría ayuda a tonificar los tejidos y activa la circulacón de la sangre. De este modo, el pecho queda reafirmado, se previene la flacidez y evitas visitar una clínica de cirugía estética. Las más frioleras siempre pueden alternar agua templada (no caliente) y fría, o dejar estas duchas únicamente para los meses de verano.
Ejercicio diario
También es aconsejable realizar ejercicios que hagan trabajar los músculos pectorales. Hay algunos muy sencillos que puedes realizar cada día al levantarte; no te llevarán mas de cinco minutos. Junta las manos y pon una palma contra la otra con la punta de los dedos a la altura de la barbilla. Haz fuerza con las palmas de las manos, sin separar los dedos, durante veinte veces seguidas y respirando hondo.
Estrías a raya
Son roturas del tejido cutáneo que se producen cuando la piel se estira por algún motivo especial. Y da la casualidad de que el pecho es una de las zonas del cuerpo que más sufre los cambios de peso y hormonales, por lo que le afectan factores como la adolescencia, el embarazo, la obesidad o las dietas drásticas. Las estrías se manifiestan en forma de surcos alargados que al principio tienen un color violáceo y después blanco nacarado. Son difíciles de eliminar, pero no de prevenir. Es muy importante, por ello, adquirir el hábito de aplicar una crema específica en el pecho, ya que la falta de hidratación en esa zona tan delicada las favorece. Hazlo con movimientos circulares cada día después de la ducha.