¿Qué es la hipertensión arterial?

Las enfermedades del sistema circulatorio representan la primera causa de mortalidad en España, especialmente en los hombres la enfermedad coronaria como el infarto y en las mujeres la patología cerebrovascular como el ictus. La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo más prevalerte y el que se asocia con más fuerza a la aparición de ictus.

La hipertensión arterial es una enfermedad multisistémica y multifactorial, donde se comprueba un aumento excesivo y mantenido de la presión de la sangre. Como norma general se entiende que la tensión arterial es alta en personas adultas cuando está por encima de 140 la alta o sistólica y 90 la baja o diastólica. La tensión arterial elevada es una enfermedad muy frecuente que aumenta con la edad, siendo rara en personas por debajo de los 30 años. A partir de los 60 años casi el 25% de la población padece HTA.

La aparición de HTA es de causa esencial o desconocida entre el 85 al 95%, generalmente por pérdida de elasticidad de la pared de las arterias haciéndose cada vez mas rígidas. Entre el 5 al 15% son de causas endocrinas o de alteraciones orgánicas llamadas conocidas o HTA secundaria.

DAÑOS COLATERALES

Diabetes, dislipidemia, obesidad, sedentarismo, estrés, alcohol y tabaco en exceso, están frecuentemente asociados al aumento de la presión arterial, contribuyendo a la aparición del daño arterial y progresión de la enfermedad produciendo lesiones de órganos diana: en las arterias, arteriosclerosis; en el corazón, principalmente, insuficiencia cardíaca; en el riñón, insuficiencia renal; y en el cerebro, principalmente, ictus.

Una vez confirmado el diagnóstico de HTA se debe realizar el estudio inicial del hipertenso, dirigido a responder a unos objetivos concretos que son: confirmar la elevación crónica y mantenida de las cifras de PA; detectar posibles causas de HTA secundaria; evaluar la repercusión de la elevación de la PA en los diferentes órganos diana y detectar la presencia de condiciones clínicas asociadas; indagar sobre la coexistencia de otros factores de riesgo cardiovascular; y estimación del riesgo cardiovascular global del paciente para plantear un tratamiento integral de todos sus factores de riesgo además de la HTA.

SEGUIMIENTO

La presión arterial es una constante muy variable, por ello la correcta medición de la presión arterial en el domicilio es la mejor herramienta de seguimiento para el paciente hipertenso y minimiza el efecto del síndrome de bata blanca. Los aparatos que miden la presión a nivel del brazo son los más recomendables.

Se aconseja medir la PA una vez por semana siempre a la misma hora por las mañanas entre las 8 y las 10 o por las tardes entre las 6 y las 8. Siéntese en posición cómoda con los brazos apoyados manteniéndolos a la altura del corazón y sin cruzar las piernas. Evite la ropa que oprima el brazo. Debe tomarse la TA tres veces separadas de un minuto, anotando cada una de ellas y realizar la media de las tres siendo el resultado final la cifra de PA más fiable.

TRATAMIENTO

Consiste fundamentalmente en modificar hábitos y estilo de vida, así como seguir los medicamentos antihipertensivos prescritos según el grado de HTA y el daño orgánico. Generalmente, con un solo fármaco se mantendrá controlado, si bien a veces, tenemos que asociar dos o más diferentes grupos de fármacos antihipertensivos para estabilizar la PA de nuestros pacientes.

Debe procurar tener un peso saludable y mantenerlo. Si tiene sobrepeso u obesidad es muy importante que adelgace. Solo con perder peso bajará la tensión. Debe realizar ejercicio físico de forma continuada entre 30 a 60 minutos diarios. Debe dejar de fumar, ya que el tabaco sube la tensión. Debe intentar vivir relajadamente y evitar las situaciones de estrés. No abuse de sustancias excitantes como café, té, coca cola, o bebidas energéticas como Red Bull… y por último debe realizar una dieta baja en sal. Se consigue no añadiendo sal al cocinar. Si se usa, utilizar lo menos posible (menos de tres gramos al día).