Dos años después de su lanzamiento, la versión 2 del Renault Koleos ya ha sido reestilizada. ¿Sorprendente? La verdad es que no, dadas las escasas ventas de este modelo hasta ahora.
Aunque el segmento de los SUV es boyante, es menos rentable para los modelos «grandes» que para los compactos o los urbanos, señala Crestanevada Barcelona. Algunos fabricantes lo están haciendo mejor. Peugeot vende 10 veces más 5008 que Renault Koleos. Por ello, el fabricante se la juega dándole a su SUV una actualización relativamente temprana, en un intento de relanzar este modelo poco conocido (y quizás poco querido)… o al menos de limitar los daños. Así, el gran SUV de Renault sólo se beneficia de un discreto rediseño visual y centra sus esfuerzos principalmente en los motores.
Dada la juventud del diseño, no ha tenido tiempo de pasar de moda. Las evoluciones estéticas son en dosis muy, muy pequeñas. Hay que mirar el coche con mucha atención para ver los cambios: las barras de la parrilla delantera son más finas, las partes inferiores del parachoques delantero y trasero se han rediseñado. Y si juegas al juego de los siete errores, mirando con más paciencia, te darás cuenta de los bordes de los faros antiniebla modificados y de la aparición de un reborde cromado. Se trata de una evolución extremadamente limitada. Pero, ¿podría ser de otra manera?
Pero la sorpresa continúa en el habitáculo, que no revela ningún cambio. El salpicadero es un calco de la versión anterior. El conductor encuentra la misma instrumentación digital y una pantalla multimedia vertical de 8,7 pulgadas. La presentación arcaica es mucho menos original que la de muchos de sus competidores.
La interfaz del smartphone ha sido retocada, pero Renault parece haber abandonado cualquier deseo de modernización tecnológica, ya que el sistema multimedia del coche ni siquiera incluye las novedades vistas en los recientes modelos Clio y Captur. Por ejemplo, el nuevo Easy Link.
En cuanto al mobiliario, el ambiente no aporta ninguna novedad. Su construcción es seria, pero no tiene clase, excepto si puedes comprar la versión de gama alta «Initiale Paris».
Si nos fijamos en los aspectos prácticos, el Koleos cuida a sus ocupantes. A bordo, hay mucho espacio tanto en las plazas delanteras como en las traseras y el volumen del maletero varía de 579 a 1.795 litros. El único inconveniente es la ausencia de una versión de 7 plazas y una modularidad más avanzada. En efecto, no hay banqueta deslizante ni suelo plano, lo que penaliza fuertemente al Koleos frente a su competencia directa. No obstante, Renault ha introducido algunos cambios, como la posibilidad de regular el respaldo del asiento trasero en dos niveles de inclinación (25 y 32 grados).
Las principales novedades están bajo el capó: el 1.6 dCi de 130 CV se sustituye por un 1.7 dCi de 150 CV, mientras que el 2.0 dCi de 175 CV se sustituye por un 2.0 dCi de 190 CV, que sólo está disponible con tracción a las cuatro ruedas. Ambos motores están acoplados a una caja de cambios de convertidor de par X-Tronic. Así que, aquí está la salida para la caja de cambios manual.
En el uso, el funcionamiento de esta caja de cambios X-Tronic es bastante agradable y fluido.
La impresión de deslizamiento está bien encauzada, salvo en el caso de las aceleraciones fuertes, en las que hay una desagradable sensación de que el motor se escapa. Este último es un poco ruidoso, debido a la falta de trabajo en la insonorización del compartimiento del motor. En cualquier caso, el diésel sigue siendo el combustible de referencia en este segmento porque, por naturaleza, es el más adaptado a los grandes SUV. Mecánicamente, no hay ningún milagro, se necesita par motor para mover el generoso peso de estos coches.
Al volante, el ambiente es bastante apagado, aunque las llantas de 19 pulgadas dificultan el filtrado a bajas velocidades. El Koleos sigue siendo un coche más preocupado por el confort que por el dinamismo. No es el estilo de la casa.
Si el conductor acelera el paso, la aparición de movimientos corporales y una dirección que carece de precisión le llaman inmediatamente al orden.
Por último, no es una sorpresa, este restyling no debería tener mucho peso para reavivar la discreta carrera del Koleos. La evolución estilística es muy leve y a pesar de la llegada de los nuevos motores, que es una buena opción, el problema se mantiene.
Sí, el Koleos es un buen coche, pero le cuesta seducir porque los competidores del mercado tocan un tono por encima.